sábado, 12 de julio de 2008

PARRAFO

Estamos en un hotel que da a una gran avenida de la ciudad. Hace algo de frío y esta nublado. Lo hemos hecho de nuevo. El se ha dormido y yo me he acercado a la ventana mientras estoy escuchando música japonesa con mi celular, música tristísima y sin embargo no estoy triste. Pero para el momento va bien, veo las aceras mojadas, los automóviles pasar, los edificios de enfrente y me pregunto si las personas que estan ahi abajo sufren como yo (porque quieren) y si sus vidas son más complicadas que la mía.

A seis meses de mi regreso las cosas estan así: Nos hemos visto no mas de siete veces, cuatro meses permanecimos sin contacto absoluto despues yo volví y el nisiquiera pregunto porque de mi ausencia. Hemos hecho el amor en dos ocasiones la primera, aunque no me di cuenta, fue una ultima y desesperada prueba de esperanza, la segunda -esta- ha sido de común acuerdo. Lo quiero. Pero hay muchisimo menos amor de por medio. Así son las cosas: tristes, insipidas y sin sentido. Ni siquiera puedo lamentarme más.

El se ha dado cuenta de que estoy en la ventana y regreso a la cama, mientras duerme apenas y me abraza, en el pasado siempre me buscaba y me atraia hacia su cuerpo. Ese recuerdo es ahora apenas amargo, pero aún desiste en desaparecer. Duerme tranquilamente y recuerdo a ese hombre hindu con el que estuve en Kioto y como despues de hacerlo se quedo profundamente dormido, y pense esa vez -y esta vez- que me parecia a la chica de la pelicula"Samaritan girl" y de cierta manera me alegraba que pudiera brindarles esa calma especial -de esa que yo no poseo- que se respira despues de estar juntos.

Despues de él me he acostado con tres hombres más, no ha sido por amor, si me preguntaran porque no sabria bien a bien que contestar. Nunca antes lo habia hecho y practicamente se podria decir que él fue mi unica pareja sexual en el pasado. Por deseo, por desesperación y hasta por revancha, para saber hasta donde era capaz de llegar. Muy en el fondo sabia que no regresariamos por eso no me importo acostarme con alguien mas, no me he sentido mal despues de esas experiencias pero puedo decir que siempre me queda el anhelo por ese algo mas que se da cuando tenemos sexo por amor.

Quisiera tener eso, esa suave sensación de proteccion, paz y plenitud que senti antes tantas veces. No puedo imaginarme cuando volvera a ser que sienta algo así pero creo con certeza que llegara ese dia.

Al despertar comemos una comida improvisada que hemos comprado en un seven-eleven. Después le muestro todos los boletos de los lugares que visite y le pregunto si quiere que le lea algo de mi diario de viaje. Él asiente y empiezo a leer, escojo al azar una anotación de los dias en que viaje sola por Japón y donde creo recordar que no menciono a Tanimoto-san. Casi al final veo con horror que hablo de él pero sigo leyendo, pienso que ya no hay vuelta atrás y en el fondo ya no me importa mucho si se entera. Le hable de Tanimoto pero nunca supo hasta donde llegue con él. Se que se lo imaginaba pero no habia nada que se lo confirmara.

Entonces leo un parrafo muy ambiguo pero en el que se trasluce que nos hemos acostado. Como esperaba el no pide detalles sobre el asunto, solo me pregunta si sigo en contacto con él. Le digo la verdad y durante unos minutos me abraza fuertemente pero de una forma que senti distinta y que no puedo imaginar que significa. Aún asi y como siempre no se que es lo que piensa de todo esto.

Nos despedimos a medio camino entre su casa y la mia. Quiero que me acompañe mas lejos pero no insisto y esa frustración que ahora conozco tan bien vuelve a aparecer en mi pecho. Pero de nada vale exacerbarme y en menos de lo que pienso el sentimiento se ha ido.

Cuando llego a casa saco de nuevo mi moleskine y busco la anotación. Leo ese parrafo ambiguo una y mil veces y aún siendo contradictorio sonrio con satisfacción.

Que lo sepa, que lo sepa. Y que todas mis esperanzas desaparezcan de una vez por todas.

No hay comentarios: